UN ESPECTÁCULO QUE SE QUEDA EN DEMO

Sinopsis:

La versión inicial de Bright Memory, lanzada como una demo en 2019, dejó boquiabiertos a muchos gracias a su impresionante apartado visual y su frenético sistema de combate. Sin embargo, detrás de su espectacularidad técnica, se encuentra una experiencia breve y carente de profundidad que evidencia su naturaleza de prueba técnica más que de un producto completo.

Un apartado técnico impresionante

El juego aprovecha la potencia de las consolas de nueva generación con efectos de iluminación sorprendentes y un diseño visual impactante. Desde el primer momento, es evidente que se trata de un título hecho para deslumbrar. Sin embargo, esto no puede ocultar ciertas limitaciones técnicas, como texturas poco detalladas en algunos momentos y animaciones que se sienten algo toscas.

Jugabilidad rápida pero superficial

El sistema de combate combina disparos y ataques cuerpo a cuerpo en un intento por ofrecer acción variada. Aunque resulta entretenido al principio, rápidamente se percibe su falta de profundidad. Las mecánicas, aunque atractivas, no tienen tiempo para desarrollarse debido a la brevedad de la experiencia, dejándote con ganas de más pero no en el mejor sentido.

Un juego demasiado corto

El principal problema de esta demo es su duración. Apenas ofrece una hora de contenido, lo que hace que todo termine justo cuando empieza a ponerse interesante. Además, la narrativa es prácticamente inexistente, lo que refuerza la sensación de que estamos ante un simple adelanto de algo mayor.

Valoración Final

Bright Memory en su versión de 2019 es, ante todo, una demostración técnica. Aunque impresiona a nivel gráfico y su propuesta jugable tiene potencial, la experiencia es demasiado breve y carece de la profundidad necesaria para dejar una huella duradera. Es un juego que cumple como muestra de lo que podría llegar a ser, pero no como una experiencia completa.

Nota: 50

Analizado por: Javi

Versión jugada: Xbox Series X